martes, 12 de enero de 2010

Toni Segarra, un tipo que escribe anuncios

Hay que ser buen creyente. Lo bueno es que ahora somos más libres para creer, por lo menos mucho más que en la Edad Media. Yo me considero una buena creyente, hay que serlo, por lo menos para no acabar de vuelta de todo y sin creer en nada. Hay que creer, aunque sea en uno mismo.


“Desde el Otro Lado del Escaparate”, de Toni Segarra (Ed. Espasa) es el libro que compras porque tienes que comprarlo: porque “va sobre” publicidad y porque lo ha escrito él. Pero luego se queda en el tercer estante de tu librería, o peor aún, bajo otros libros y tres periódicos en tu escritorio. Le pasan por delante Larssons, Mankells, y puede que algún autor nacional (disculpen, siento debilidad por los asesinatos suecos).


Si a alguno le ha pasado lo mismo, le recomiendo que haga cómo yo, y lo coja una tarde de domingo aburrida (si llueve, mucho mejor). Se lee de una sentada. No descubre nada nuevo, pero de alguna manera desentierra viejos conceptos y barre fervientemente para su propia puerta, la creatividad. En algunas páginas se me hace un tanto arrogante, pero es un maestro, y hay que escuchar su dogma.


En estos últimos meses vemos como la publicidad está adoptando su expresión más básica, más simple: buscar la venta inmediata. No sé hasta qué punto este hecho está empobreciendo las marcas, pero definitivamente está empobreciendo la publicidad. Ahora buscamos la máxima rendibilidad de nuestras acciones de comunicación, buscamos conseguir más que antes gastando menos que antes. En mi humilde opinión es ahora más que nunca, más Segarra y menos estadística. Debemos creer señores, tenemos que creer.



sábado, 1 de agosto de 2009

Tomar la iniciativa


Leía ayer en el blog de Seth Godin 4 líneas sobre la inciativa, no debía tener muchas ganas de escribir ese día, ni falta que hace, ya que con esas cuatro líneas lo decía todo.

Básicamente la idea es que aprender y escuchar está bien y siempre será una buena manera de enriquecernos a cualquier nivel. Creo firmemente en la capacidad de escuchar y analizar para sacar lo mejor y en consecuencia aprender. Además, todo ese aprendizaje supuestamente tiene que darnos la seguridad y conocimientos para poder defendernos en un área determinada.

Sin embargo, después de haber estudiado una carrera universitaria, empiezo a darme cuenta de que en este país se valora más a las personas por lo que saben (por los conocimientos que amontonan) que por lo que es capaz de hacer. Recuerdo en una clase de Gestión de la comunicación en la empresa pública y privada, en la que el profesor Juan Antonio Chiva preguntó cuántos de nosotros pensábamos o habíamos pensado alguna vez en trabajar por cuenta propia o montar un negocio propio. Sólo 3 o 4 personas, de 30, levantaron la mano. Los demás (entre los que me incluía entonces) ni siquiera nos lo habíamos planteado, sino que nos habíamos limitado a conformarnos con un puesto de más o menos responsabilidad en una empresa más o menos importante.

Ha pasado un tiempo desde entonces, y no es que ahora quiera montar mi propio negocio, pero desde luego la idea me parece mucho más atractiva. En realidad no sé por dónde irá mi carrera profesional, si es que algún día llego a tener alguna, y eso es algo excitante y aterrador al mismo tiempo.

martes, 28 de julio de 2009

Fiber One y el I.D.S

Recientemente he estado siguiendo esta campaña, se trata de una campaña para la marca de cereales Fiber One, ricos en fibra y con un gran sabor (según dicen ellos). La razón por la que me ha llamado tanto la atención es porque después de ver las estrategias que han adoptado marcas de cerales españolas como Special K de Kellogs o Fitnness de Nestlé, esta campaña entra con aire fresco a plantear un beneficio diferente, pero muy evidente: los cereales Fiber One tienen el 51% de la cantidad de fibra diaria necesaria y están buenos, saben bien.

La campaña se plantea como un programa de ayuda para aquellos que sufren el I.D.S (Irrational Disbelief Syndrome). Aparece un experto, psicólogo o terapeuta, que ayuda a a los pacientes a solucionar ese problema. Evidentemente este síndrome, que fue un concepto inventado para la campaña, consiste en una desconfianza irracional hacia objetos o fenómenos que están socialmente, física y humanamente comprobados. En los videos de la campaña podemos encontrar desconfianza a la gravedad o a la existencia de animales salvajes, y vemos a varios pacientes que se enfrentan al I.D.S.



Una de las cosas que más me ha gustado de la campaña es el trato que le han dado a la imagen del producto. No se trata de unos cereales milagrosos, que con su x% de fibra nos ayudarán a lucir mejor el bikini este verano. En ningún momento se menciona el hecho de que la fibra ayude a la digestión o que al ser integrales ayudan a cuidar la línea. Simplemente se destaca su sabor, y lo sorprendente de que unos cereales tan ricos en fibra puedan estar tan buenos. Esta claro que este beneficio (tan lógico y a la vez tan nuevo en este tipo de productos) ha tenido que surgir como consecuencia de toda una tradición de comunicación de los cereales integrales como un producto para ayudar a cuidar la línea, dar energía, o ayudar a la digestión.

Además fijaos como la marca está presente en cada uno de los vídeos, pero solo es protagonista en uno de ellos. Eso le da cierto aire de...credibilidad?

A continuación os dejo algunos enlaces para que podáis ver la campaña completa. Hay que decir que en cuanto a medios, han querido estar presentes en plataformas como Facebook (muy apropiado, ya que la campaña tiene un tono "social", aunque sea irónicamente). Por supuesto tienen también una site oficial de la campaña, que agrupa todas las acciones y les da sentido.

Por último solo comentar que la campaña la firma la agencia americana Publicis Modem New York.

Site de la campaña
Canal Youtube (aquí podréis ver todos los vídeos de la campaña)
Facebook

viernes, 24 de julio de 2009

Vivir de alquiler (literalmente)


Blogueando por ahí me encuentro con un artículo que habla de la nueva tendencia a consumir masivamente productos de alquiler. Por supuesto no me refiero a alquilar un piso, o un coche, si no a artículos de consumo habitual, sobretodo relacionados con el mundo de la moda y el diseño. De esta manera alguien que nunca podría permitirse llevar un vestido de alta costura, o de un diseñador de renombre (y de renombrado precio, en consequencia), puede lucirlo durante un tiempo determinado por un módico y ajustado precio.

Evidentemente es comprensible el porqué de la aparición de este nuevo método, ya sea por la fascinación que produce la moda en algunos de nosotros o la vieja necesidad de aparentar un determinado estatus social o económico. En cualquier caso esto es algo que ya no representa una excentricidad de un determinado colectivo, sino una práctica cada vez más habitual. Comprar un vestido, unos zapatos y un bolso para una boda puede resultar algo caro sobretodo si queremos lucir cierto tipo de marcas. En ese caso, desde luego sale mucho más económico alquilar estos objetos, usarlos, y después devolverlos (ahorrándonos el llenar el armario de trajes de noche, fracs y bolsos que jamás volveremos a llevar).

Además hay que destacar la facilidad con la que se puede acceder a este servicio de alquiler, ya que internet, una vez más, se perfila como el medio ideal para llevarlo a cabo. A través de las sites de alquiler se gestiona todo, desde la elección del artículo hasta su transportae hasta nuestra casa y su posterior devolución. Siguiendo este método nos encontramos con site como Le Superb o Bag de Luxe, que se han especializado en el alquiler de bolsos de grandes y lujosas marcas.

En cualquier caso, me ha parecido interesante ver cómo este método se está expandiendo y como puede llegar a ser una práctica de lo más común en nuestra sociedad. Puede que algún día acabemos viviendo en un piso de alquiler, con una televisión de alta definición Sony Bravia de 70 pulgadas alquilada, y un Iphone diseñado por Custo, también alquilado. De cualquier forma, almenos yo, seguiré teniendo especial cariño por mis tejanos favoritos medio rotos, y mi móvil, que aunque a veces me deja tirada, me ha sacado de más de un apuro :)